En fin, que no sabiamos si se habian olvidado de nosotros, las personas, o si querian que corrieramos detras de la camioneta. Porque con tanta carga no podia correr mucho. Tras una partida de tetris encontramos nuestro asiento. Incluso hubo un par que tenian que ir de pie colgados de una barra con medio cuerpo fuera. Tristemente a los pocos kilometros habia uno de los muchos controles militares que vimos y se tuvieron que bajar varias personas por no tener la documentacion.
Hay muchisimos campos de refugiados burmeses y muchos de ellos intentan escapar para buscarse la vida en tailandia, por eso la sensacion cuando tuvieron que bajarse y nos quedo mas hueco en la camioneta no fue precisamente de alegria. Con esta dinamica viajamos durante 6 horas para recorrer 226 km.: Subia gente nueva, se bajaban otros, unos con gallinas, otros con botellas vacias, lloros de despedida, control militar, etc.
Con los pies en tierra firme buscamos un sitio done caernos muertos y resulto ser un bonito edificio a orillas del rio. Nuestra habitacion era bastante basica, pero lo mejor con diferencia era una estupenda terraza. Aunque lo mas destacable era la sensacion de edificio fantasma. Salvo por el cartel de "FULL" hubieramos dicho que eramos los unicos alojados. En las 3 noches que estuvimos vimos dos veces a los dueños y porque los buscamos.
El paisaje bonito pero hemos descubierto un nuevo estado del clima: el nublado barbacoa, y es que en toda esta zona tienen la costumbre de quemar todas la hojas y monte bajo de los bosques quemandolos, de esta manera hay una medio neblina que no te deja ver muy lejos e incluso medio tapa el sol. el olor a campamento gitano que se te queda al final del dia es inevitable. En el pueblo reina la calma, no habia mucha gente, algunos comercios cerraban a las 10, y la edad media de los turistas rondaba los 40. Con semejante panorama aprovechamos para hacer una colada general y premiarnos con una masaje tailandes de 1 horas. Despues del disgusto nos lo mereciamos.
Pedaleando visitamos el pueblo y sus alrededores. Las cosas tipicas Thai, una stupa, un budda dorado, campos de arroz, el ring de Muai-Thai municipal, etc. hasta que llegamos a una colina a las afueras con un templo budista. Se trata de una templo que estaba en ruinas y se reconstruyo. Alli conocimos a un monje que no nos quiso decir su nombre o simplemente no entendio la pregunta, y que cansado de meditar se convirtio en nuestro guia. Nos enseño la marca del pie de buda en una piedra, tocamos unas campanas, dimos de comer a los peces, y como colofon nos invito a un vaso de agua fresca. Terminadas de exprimir todas las posibilidades que Mae Sariang podia ofrecer marchamos hacia nuestro siguiente destino. Por cierto, aqui comimos el mejor Pad Thai que hasta ahora habiamos probado.
Pad Thai: Un wok con tallarines, pollo, soja, tofu, ... con un poco de chili y azucar. Delicatessen.