Una moneda a vuelto a decidir por nosotros. Dudabamos entre ir a Phuket town o a Patong, un "pueblo" a 22km que tiene playa y poco mas. Al final acabamos en este segundo sitio. La playa sigue la linea española, una playa larga llena de hamacas y guiris. Tambien vimos a unos niños jugando con las tipicas medusas del tamaño de una bolsa de basura. Menos mal que esto lo vimos el ultimo dia, sino se hubiera bañado rita la marinera.
Para encontrar alojamiento, buscamos alojamiento entre muchos albergues y hotelillos, todos tan caros que tendriamos que decidir por dormir o comer pero no nos llegaba para las dos cosas, al final hemos encontrado una habitacion por 6 dolares por persona, con tv, nevera, baño propio y ventilador, hemos triunfado pensabamos y mucho mas baratas que las demas... pero claro como todo en este pais, no reglan nada y resulto ser un 4 sin ascensor en que se condensaba el calor el durante el dia para que sudaramos bien por la noche, los mañicos y el chileno parecia que estaban todo el dia en las termas romanas cubiertos solo por una toalla y todo el dia bajo la ducha. al final descubrimos un sistema de ventilacion abriendo la puerta de la habitacion (todo el que pasaba nos veia tiraos) y una ventana rara que teniamos, nos libramos un poco del calor pero se nos comieron los mosquitos, pero bueno, no se puede tener todo en esta vida...
Despues de una buena sudada nos rehidratabamos con cerveza fresquita del 7-11. En este pueblo la vida nocturna se ha alejado unos metros de la playa. Todos los bares se situan en una misma calle. Es como el rollo en sus buenos tiempos salvo que podriamos sustituir a los polis de la plaza por unas cuantas putas bailando en una barra e intentando que entres a beber a su bar. Una noche vimos una pelea entre dos ladyboys, que cambiaron sus femeninod andares y su voz aterciopelada por unos buenos mamporros y unos cagoen buda que nos ayudaron a discer nir sobre su genero y esque hay veces que tenemos arduos debates sobre el sexo de los angeles tailandeses. Ademas de la coña sobre si el chileno se enamoro o no de uno de ellos.
Hartos ya de tanto sol, tanta playa, y estar tan morenos hemos cogido un bus directos a Bangkok para dejar de sudar. El recorrido consistia en un primer trayecto en fragoneta para luego coger un bus nocturno. Casi no salimos vimos de la furgoneta sino porque lo que ves en los anuncios de la DGT lo vimos nosotros por la ventanilla. El primer detalle fue el asiento retractil de nano, que cada vez que frenabamos salia disparado hacia delante. Lo primero que aprenden los conductores es que el numero de carriles es orientativo y siempre inferior al numero de coches que caben en la calzada. En las carreteras nacionales encontrarte a un coche de frente mientras adelantas al parecer es de lo mas normal, solo es cuestion de apretarse todos un poco. Tampoco te puedes confiar en las autovias porque cuando menos te lo esperas aparece un coche disparado en direccion contraria por el arcen.
Al final llegamos todos de una pieza a Bangkok, bueno, casi todos, porque a los chilenos les volvieron a sangrar otros tantos dollares en el bus.El pobre sebastian ya se reia por no llorar.(animo qu ese dinero te volvera algun dia)
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