Los revolucionarios no trasnochaban!!!

23/01/2010


Bueno, pues como ibamos contando, ayer solo echamos una birra estoo dos, digoo bueno que nos fuimos a las 3 a la cama. Pese a lo cual esta manana hemos madrugado para ir a ver el mausoleo de Ho Chi Minh. Hemos conseguido nuestros billetes para Sapa (ya pensabamos que nos habian tangado los 25 dolares) y hemos echado a andar pa el mausoleo. Despues de ver al tio Ho, Nano y Luis se han enzarzado en un debate sobre totalitarismos, colonialismos y culto a la personalidad de los regímenes comunistas. Simon ha hecho lo mejor que se podia hacer, dejarlos discutiendo y entrar por su cuenta a ver la casa de Ho Chi Minh.


Tras la lección magisral de ciencias políticas, hemos puesto rumbo al templo de la Literatura, que en su día fue la primera universidad vietnamita. Entre paz y armónica lluvia, como ya parece costumbre por estos lares, hemos contemplado el gran templo en compañia de una gran horda de niños de unos 5 años cuyo grito de guera era "hello". Nos hemos separado, para aumentar la probabilidad de que parte de la expedición siguiese hacia adelante. Como buenos españoles, nos hemos juntado de nuevo a la hora de comer.





Tocaba el turno de la revolución y de su museo. Teníamos por delante un paseo que debía servir para bajar la comida y despertarnos, sobretodo por la necesidad de todos tus sentidos cada vez que te acercas a un paso de cebra, con o sin semáforo. Parte de la compañia, en concreto Luis, iba lo suficientemente despierto para no perecer en el camino. Una vez allí, ha quedado cautivado por la belleza y practicidad de los sofás de 3 plazas expuestos por los pasillos de la primera
planta y se ha quedado dormido para comprobarlo. Los demás, hemos visto los comienzos de todo el movimiento desde principios del pasado siglo. Luis se ha reincorporado en la zona de la exposición donde ya habain comenzado las hostialidades entre los franceses y los vietnamitas. Educadamente, pero con firmeza, hemos sido desalojados del museo a las 16:15 horas.





Quedaban por delante muchas aceras en obras con agujeros trampa en el lugar menos inesperado y alguna gota más, pero haciéndonos más fuertes e inmunes al desaliento hemos conseguido organizar el viaje de mañana a Nihn Binh.


Luis se ha reunido consigo mismo en la habitación y el resto nos hemos ido de paseo a mandar las postales y ver chringuitos. Regateando hemos tenido de nuevo una de cal y otra de arena. Hemos conseguido rebajar el precio delas camisetas a 2 dolares o menos. Sin embargo, entre dohns, dolares y euros nos hemos hecho la picha un lío y creo que no hemos sido los más listos de la clase en el momento de la transacción económica. Abstraídos en las compras, no hemos notado las llamadas perdidas de Luis, que finalizada su reunión y resuelto su maleta y menesteres, quería reintegrarse en el grupo. Nos ha buscado en nuestro bar preferido, pero aun no habiamos ido.


Ya una vez todos juntos tocaba buscar donde cenar. Hemos decidido hacer el autóctono y hemos cenado en un garito de pinchos a la brasa en el chaflan de una calle. Era un sitio de esos donde te sientan en uno de esos taburetes tipo preescolar y tus rodillas quedan mirando una para Tokio y la otra para Kuala Lumpur (licencia artística Los Gandules, que no se entere Ramoncín). La nariz queda de esta manera a la altura de los tubos de escape de las motos que pasan por al lado. Sea como fuere, la cena estaba bien buena y para rematar nos hemos clavado mazorca y media de maiz para cenar, ligeramente untadas en una salsa picante tambien llamada "Gas Lacrimógeno del Vietcong". Para terminar la jornada, birra y guiñote en casa de nuestro padre vietnamita.